¡Pero qué bonico eras, madre mía¡

9 meses sin tí es mucho. Tu ausencia, me machaca todas las mañanas.
Puede decirse que uno de los días más felices de mi vida fué el día que tu naciste.
Cuando uno decide traer al mundo un hijo, tu vida es enteramente entrega y dedicación a ellos. Cómo no dedicarme a él, si nunca tuvimos una mala noche, ni enfermedad, ni nada que te pudiera hacer decir "uf" que agotador es. Además de guapo (que para eso soy su madre) era buen niño, su carita transmitía bondad. Y lo ha dicho mucha gente, mientras vivió, ¡pero qué poca guerra nos diste¡. Por eso ME HA SABIDO A POCO, 13 afortunados años para compartir contigo.... aún nos quedaba Alex, aún. Quién puede imaginar que tu vida se iba a cortar así para siempre, sin darte tiempo a más.
Con todo te conformabas. Es verdad que ahora en la adolescencia ya protestabas por "algo", por no dejarte ver la tele todo lo que querías, o jugar a la Play tanto rato, lo normal.
En el cole, siempre en segundo plano, sin destacar, discreto, tímido, leve sonrisa y amigo de sus amigos. No nos contabas grandes cosas, pero si algún día hablábamos de algo, tú me decías "pero no lo comentes eh?" ya ves, cosicas sin importancia, pero tú fiel a lo tuyo.