Hoy quiero compartir estas frases tan acertadas, escritas para los que sobrevivimos a la muerte de un hijo. Quiero agradecer a toda la familia, a toda la gente que ayer nos acompañó, otra vez, a los papis y mamis que leen el blog, a mis amigas, compañeras, gente amiga de internet, -increíble mundo-, a todos los que "están" conmigo, a Pepe y Elenica por ser los motivos de mi vida.. en fin..
No nos damos cuenta de cuántos aniversarios hay en la vida hasta que perdemos a alguien. La felicidad que nos aportaron el día de su nacimiento u otras celebraciones se han convertido ahora en recuerdos de la profunda pérdida. La muerte es una línea, una línea que divide y rompe el corazón, que divide el undo en el que una vez vivimos nosotros y mi hijo y el mundo en el que nos encontramos ahora. Es una marca del "antes" y del "después". Una línea entre el tiempo con ellos y el tiempo sin ellos. Una línea trazada sin contar con nosotros y sin nuestro permiso. A menudo, el proceso de curación del duelo es una experiencia abrumadora y solitaria.. Nuestros amigos no saben qué decir ni cómo ayudar. En el trabajo te han podido decir: tómate el tiempo que necesites. Pero luego hay que volver: podemos volver físicamente pero quizá no mentalmente. Nos encontramos ante el desafío de pasar página y hacerlo rápido. Y tras recibir preguntas como: "¿no vas a llorar la pérdida para siempre, verdad?". "¿No has estado ya bastante tiempo en duelo?". "¿no es el momento de mirar hacia adelante y superar la pérdida? - Lo que se hace en muchos casos es buscar alivio al comprobar que otras personas han sufrido lo mismo que tú.
Extractos del libro: Sobre el duelo y el dolor ( Elisabeth Kübler-Ross-David Kessler)
No nos damos cuenta de cuántos aniversarios hay en la vida hasta que perdemos a alguien. La felicidad que nos aportaron el día de su nacimiento u otras celebraciones se han convertido ahora en recuerdos de la profunda pérdida. La muerte es una línea, una línea que divide y rompe el corazón, que divide el undo en el que una vez vivimos nosotros y mi hijo y el mundo en el que nos encontramos ahora. Es una marca del "antes" y del "después". Una línea entre el tiempo con ellos y el tiempo sin ellos. Una línea trazada sin contar con nosotros y sin nuestro permiso. A menudo, el proceso de curación del duelo es una experiencia abrumadora y solitaria.. Nuestros amigos no saben qué decir ni cómo ayudar. En el trabajo te han podido decir: tómate el tiempo que necesites. Pero luego hay que volver: podemos volver físicamente pero quizá no mentalmente. Nos encontramos ante el desafío de pasar página y hacerlo rápido. Y tras recibir preguntas como: "¿no vas a llorar la pérdida para siempre, verdad?". "¿No has estado ya bastante tiempo en duelo?". "¿no es el momento de mirar hacia adelante y superar la pérdida? - Lo que se hace en muchos casos es buscar alivio al comprobar que otras personas han sufrido lo mismo que tú.
Extractos del libro: Sobre el duelo y el dolor ( Elisabeth Kübler-Ross-David Kessler)