29 de octubre de 2010

Desearia...


1. Desearía que no tuvieran temor de pronunciar el nombre de mi hijo. Mi hijo vivió y fue importante y necesito escuchar su nombre.
2. Si lloro o me emociono si hablamos de mi hijo, desearía que supieran que no es porque me han herido, de hecho es la muerte de mi hijo la que ha causado mis lágrimas. Me han permitido llorar y se los agradezco. La explosión del llanto y la emoción son sanos.
3. Desearía llegar a tu casa y seguir viendo las fotos, manualidades y otros recuerdos de mi hijo.
4. Tendré emociones altas y bajas, subidas y bajadas. Desearía que cuando tenga un gran día no pienses que mi dolor se ha acabado o que si tengo un mal día necesito de un tratamiento psiquiátrico.
5. Desearía que supieras que la muerte de un hijo es diferente de cualquier otra pérdida y debe ser vista desde otro punto de vista. Es la tragedia más grande y me gustaría que no la comparen con la muerte de un padre, esposo o mascota.
6. La pérdida de un hijo no es contagiosa así que desearía que no huyeran de mí.
7. Desearía que supieras que todas las reacciones "exageradas" de dolor que ves en mi son normales. Depresión, rabia, frustración, desesperanzas y la puesta en duda de valores y creencias son de esperar después de la muerte de un hijo, con el tiempo estas emociones se irán transformando.
8. Desearía que no esperen que mi dolor dure 6 meses. Los primeros años serán excesivamente traumáticos para nosotros.
9. Desearía que entendieran las reacciones físicas de mi dolor, puedo ganar o perder peso, dormir todo el día o no hacerlo, desarrollar algún tipo de enfermedad o me vuelva propensa a los accidentes producto de mi dolor.
10. El cumpleaños de nuestro hijo, el aniversario de su muerte y las fiestas son fechas terribles para nosotros. Desearía que nos dijesen que tienen a nuestro hijo presente. Si nos ven quietos o retraídos, sepan que estamos pensando en nuestro hijo, no traten de forzarnos a estar alegres.
11. Es normal y bueno que la mayoría de nosotros reexaminemos nuestra fe, valores y creencias luego de perder un hijo. Nos haremos preguntas de cosas que nos han enseñado a lo largo de nuestras vidas y con fe y esperanza llegaremos a un nuevo entendimiento con nuestro Dios. Desearía que me permitieran cuestionar mi religión sin hacerme sentir culpable.
12. Desearía que no me ofrecieran tranquilizantes. Estos son remedios temporales y la única manera que tenemos de sobreponernos al dolor es experimentándolo. No podré sanar si no siento la herida.
13. Desearía que entendieran que el dolor cambia a las personas. No soy la misma persona que era antes de la muerte de mi hijo y nunca lo seré. Si esperas que sea la misma de antes te frustrarás. Soy una criatura nueva, con nuevos pensamientos, sueños, aspiraciones, valores y creencias. Por favor traten de conocer al nuevo yo, tal vez aún les agrade.